¡Hola soy Rocío! Quiero compartirles nuestra historia, cómo Marco y yo tuvimos la oportunidad de recibir a Leo, nuestro bebé.
El miércoles 20 de noviembre alrededor de las 11:00 pm aún no tenía contracciones pero mi cuerpo ya sentía algo diferente, no podía dormir volteando hacia a un lado y otro en la cama. El jueves 21 empezaron las contracciones, eran muy leves, para ese día ya había completado 40 sdg, me levanté, desayunamos pero aún no le comentaba a Marco, tampoco a mi mamá que estaba con nosotros ese día. Decidimos ir a la playa, descansar un rato. Ya en camino les comenté que ya traía contracciones. Nos regresamos – dijo mi mamá.
Le dije a Marco, no, así vamos a la playa, ya que comenzaba a sentir un poco de estrés y miedo así que lo mejor era distraernos, estar lo más tranquila posible y no creía que nacería ese día. Metí mis pies al agua y aunque sólo eran mis pies sentía relajarme un poco.
Eran las 3 de la tarde cuando las contracciones aumentaron el ritmo, ya eran cada 5 minutos así que decidimos llamar a Lin nuestra Doula, me comentó que fuera a casa a descansar, que probablemente en la noche me darían más fuerte. Y sí, mejor regresamos a casa pero en el camino ya las contracciones eran cada 3 minutos así que llamamos al ginecólogo y nos dijo que nos esperaba en la casa de partos. Me metí a bañar y nos fuimos. Recuerdo que íbamos y las contracciones ya eran cada minuto, no sabía que aún darían más fuerte y aunque sentía que no iba a poder trataba de tranquilizarme y pensar que pronto conoceríamos a Leo.
Llegamos a Salud Primal a las 7:00 p.m, ya nos estaban esperando. Me hicieron revisión y ya tenía 8 cm de dilatación, Esperé que llenaran la tina, cuando entré, sentir el agua caliente fue una sensación de calma, y las contracciones eran más y más intensas. Llegó el momento que quería salir corriendo pero ahí estaba Marco que nunca me dejó sola al igual que mi mamá. Estuvieron sosteniendo mi mano y diciéndome que yo podía hacerlo. Así como Fran, Lin y la ginecóloga estuvieron apoyándome. Las ganas de pujar llegaron así naturales y mi cuerpo lo hizo y un dolor que pensé no soportar y ahí fué cuando di un grito y nació Leo, nuestro bebé, a las 8:35 p.m.
Les puedo platicar que dar vida de esta manera es la mejor desición que pude haber tomado, el cuerpo de la mujer es así perfecto para dar vida sin presiones y dejando que tu bebé y tú lo hagan. Recuerdo el agua caliente, la música que con anterioridad planeamos para ese momento y, lo mejor, las personas que están ahí contigo dándote ánimos.