Llegó el momento de convertirnos en padres. Después de imaginarnos, planificar, investigar y tomar un curso de preparación al parto, nos preparamos mentalmente para vivir un hermoso y humanizado parto en agua.
Sin embargo, después de 12 horas de contracciones sin dilatación, sin encajamiento de la bebé y con dos vueltas de cordón, la fuente se rompió, liberando un líquido primero café, luego verde. ¡Oh no! ¡El meconio! Mi princesa no esperó y decidió hacer sus necesidades, así que nos dirigimos directamente al hospital para una cesárea. No, no fue el parto de mis sueños, pero fue lo mejor. Es por eso que debemos estar abiertos y no predisponernos: aceptar y fluir.
Todo el equipo de Salud Primal es Maravilloso. Mi doula, Fran, es un ser increíble. Sostuvo mi mano durante la cirugía, puso música para mi, cuidó y ayudó en todo momento. El Dr Misael realizó un trabajo estupendo con mi operación; casi ni se ve la incisión. La partera también me ayudó muchísimo con consejos y técnicas de lactancia, y la partera Estefania, siempre estuvo pendiente. Al final, nos sentimos felices y cuidados por Salud Primal.
¡Muchas Gracias!